jueves, 22 de marzo de 2012


NUEVOS RETOS SOCIALES DEL DOCENTE
 EN EL SIGLO XXI
Por José Manuel Navas Valenzuela
  

La sociedad ha cambiado notablemente en estos últimos años en los más diversos aspectos: político, social, económico, tecnológico, cultural, religioso (Tedesco, 2000).

Nadie lo duda, todos somos conscientes de la necesidad y la urgencia de proporcionar la respuesta más eficaz a la pregunta que  desde hace tanto nos ocupa, ¿cómo formar en el siglo XXI al ciudadano para que pueda actuar de manera inteligente, creativa, sensible, responsable y autónoma en esta sociedad del conocimiento?

Desde distintos ámbitos, se espera de la educación y de los educadores, una respuesta más urgente, sin postergar el cuestionamiento de sus fracasos y el análisis de sus logros. Esto provoca se plantee constantemente cómo hacer para atender y superar los desajustes existentes, porque, a pesar de las dificultades por las que atravesamos, todos estamos persuadidos de que la educación es la clave para el desarrollo y la justicia social (UNESCO, 2007).

Readecuemos entonces con gran esperanza y alto compromiso un atrevido concepto, en que la educación sea considerada nuevamente la clave para poder avanzar con éxito y en la  que a partir de una buena enseñanza se promueva aprender a aprender,  aprender a convivir, aprender a emprender, y aprender a ser, como lo propone Delors en el informe entregado a la UNESCO titulado La educación encierra un tesoro.

Aprender a aprender significa dotar a las personas de estrategias para incorporar conocimientos durante toda la vida y desarrollar su potencial de aprendizaje en la llamada sociedad del conocimiento. En todo caso este pilar educativo resume los desafíos educativos desde un punto de vista cognoscitivo, lo que significa que debemos  señalar que en la actualidad existe para los alumnos la posibilidad de acceder a una enorme cantidad de información y de datos y que nosotros como docentes estamos obligados a seleccionar, a organizar, a procesar la información, para que podamos utilizarla. En este sentido la educación ya no solo puede estar fundamentada en la transmisión de conocimientos y considerar al alumno como un simple receptor o recipiente, sino debe estar empeñada a desarrollar sus capacidades de producción y de saber utilizarlos,

Aprender a convivir presupone enseñar a “vivir con”, desarrollando la comprensión y valoración del otro, por desgracia la violencia está presente en nuestras vidas, y hasta el momento la educación no hecho mucho para solucionarlo. Este pilar se refiere entonces a esa aspiración de construir una sociedad en donde exista la posibilidad de poder vivir juntos, en donde la educación sea capaz de promover estrategias educativas centradas en el desarrollo del individuo. Resume los desafíos referentes a la construcción de un nuevo orden social, en donde podamos convivir cohesionados pero manteniendo nuestra identidad. (Tedesco, 2000)

Aprender a emprender significa la búsqueda de la la formación de ciudadanos activos a partir del desarrollo de actitudes proactivas, para transformar y enriquecer el contexto en beneficio de todos (Delors, 1994; Tedesco, 2000; Ferreyra y Peretti, 2006; UNESCO, 2007). Tiene entonces la educación, una responsabilidad particular en la edificación de un mundo más solidario y debe contribuir al nacimiento (el cual será doloroso) de un nuevo humanismo.

El aprender a ser, declara que la educación debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido estético, responsabilidad individual, espiritualidad.



Debemos recordar que la función esencial de la educación es conferir a todos los seres humanos la libertad de pensamiento, de juicio, de sentimientos y de imaginación que necesiten para que sus talentos alcancen la plenitud y seguir siendo artífices de su destino, por consiguiente señalar la importancia de fomentar la imaginación y creatividad tanto en el niño como en el adulto deberá ser prioridad, De ahí que el objetivo de la escuela es dar todas las oportunidades de descubrir y experimentar a cada uno de sus educandos.

Observemos entonces que el eje fundamental de este planteamiento de educación sugiere la focalización centrada en los aprendizajes de los alumnos, y  nosotros debemos agudizar nuestros sentidos, especialmente en las necesidades y obligaciones de nuestra sociedad actual y futura, a partir de las cuales, no sólo basta pensar y trabajar arduamente para el desarrollo de las capacidades, sino   fortalecer aquellas que serán el horizonte y que permitirán la formación de personas íntegras, conscientes de sus potencialidades y de la realidad que las rodea (Villarini, 1995).

En este contexto, todos los ciudadanos  debemos reflexionar en cuanto a nuestra manera de pensar, sentir y actuar, en fin de todos lo que diariamente hacemos  y luego hacer giros en algunas de estas dimensiones si es necesario a fin de lograr la imitación en los demás especialmente en aquellos que nos rodean por medio del modelaje llamado también  aprendizaje por observación.

Es necesario entonces, que los docentes frente a los nuevos retos que nos impone la sociedad del conocimiento y globalizada a su vez en sus múltiples dimensiones, nos hagamos con celeridad un inventario minucioso de nuestras actitudes en los salones de clase, en ese santuario del conocimiento, con el firme propósito de reflexionar; si estamos cumpliendo con ese apostolado  conferido por el Estado a unos o por las instituciones educativas a otros.

Finalmente, a manera de síntesis,  y luego de hacer mi inventario minucioso, concluyo: que todos los docentes desde los niveles de educación Parvularia hasta los docentes de educación universitaria, debemos manifestar comportamientos que evidencien nuestro nivel de compromiso como verdaderos y auténticos educadores, sensibles, constructores, humanistas y socialmente comprometidos a fin de  lograr una sociedad que imperiosamente necesitamos y merecemos.

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