NUEVOS RETOS SOCIALES DEL
DOCENTE
EN EL SIGLO XXI
Por
José Manuel Navas Valenzuela
La sociedad ha cambiado notablemente en estos últimos años en los más
diversos aspectos: político, social, económico, tecnológico, cultural,
religioso (Tedesco, 2000).
Nadie lo duda, todos somos conscientes de la necesidad y la urgencia de proporcionar
la respuesta más eficaz a la pregunta que desde hace tanto nos ocupa, ¿cómo formar en el
siglo XXI al ciudadano para que pueda actuar de manera inteligente, creativa,
sensible, responsable y autónoma en esta sociedad del conocimiento?
Desde distintos ámbitos, se
espera de la educación y de los educadores, una respuesta más urgente, sin
postergar el cuestionamiento de sus fracasos y el análisis de sus logros. Esto
provoca se plantee constantemente cómo hacer para atender y superar los
desajustes existentes, porque, a pesar de las dificultades por las que
atravesamos, todos estamos persuadidos de que la educación es la clave para el
desarrollo y la justicia social (UNESCO, 2007).
Readecuemos entonces con gran
esperanza y alto compromiso un atrevido concepto, en que la educación sea
considerada nuevamente la clave para poder avanzar con éxito y en la que a partir de una buena enseñanza se promueva
aprender a aprender, aprender a convivir,
aprender a emprender, y aprender a ser, como lo propone Delors en el informe
entregado a la UNESCO titulado La educación encierra un tesoro.
Aprender a aprender significa
dotar a las personas de estrategias para incorporar conocimientos durante toda
la vida y desarrollar su potencial de aprendizaje en la llamada sociedad del
conocimiento. En todo caso este pilar educativo resume los desafíos educativos
desde un punto de vista cognoscitivo, lo que significa que debemos señalar que en la actualidad existe para los alumnos
la
posibilidad de acceder a una enorme cantidad de información y de datos y que nosotros como docentes estamos obligados a seleccionar, a organizar, a
procesar la información, para que podamos utilizarla. En este sentido la
educación ya no solo puede estar fundamentada en la transmisión de
conocimientos y considerar al alumno como un simple receptor o recipiente, sino
debe estar empeñada a desarrollar sus capacidades de producción y de saber
utilizarlos,
Aprender a convivir presupone
enseñar a “vivir con”, desarrollando la comprensión y valoración del otro, por desgracia la violencia está
presente en nuestras vidas, y hasta el momento la educación no hecho mucho para
solucionarlo. Este pilar se refiere entonces a esa aspiración
de construir una sociedad en donde exista la posibilidad de poder vivir juntos,
en donde la educación sea capaz de promover estrategias educativas centradas en
el desarrollo del individuo. Resume los desafíos referentes a la construcción de
un nuevo orden social, en donde podamos convivir cohesionados pero manteniendo
nuestra identidad. (Tedesco, 2000)
Aprender a emprender significa
la búsqueda de la la formación de ciudadanos activos a partir del desarrollo de
actitudes proactivas, para transformar y enriquecer el contexto en beneficio de
todos (Delors, 1994; Tedesco, 2000; Ferreyra y Peretti, 2006; UNESCO, 2007). Tiene entonces la educación, una
responsabilidad particular en la edificación de un mundo más solidario y debe
contribuir al nacimiento (el cual será doloroso) de un nuevo humanismo.
El aprender a ser, declara que
la educación debe
contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia,
sensibilidad, sentido estético, responsabilidad individual, espiritualidad.
Debemos
recordar que la función esencial de la educación es conferir a todos los seres
humanos la libertad de pensamiento, de juicio, de sentimientos y de imaginación
que necesiten para que sus talentos alcancen la plenitud y seguir siendo
artífices de su destino, por consiguiente señalar la importancia de fomentar la
imaginación y creatividad tanto en el niño como en el adulto deberá ser
prioridad, De ahí que el objetivo de la escuela es dar todas las oportunidades
de descubrir y experimentar a cada uno de sus educandos.
Observemos entonces que el eje
fundamental de este planteamiento de educación sugiere la focalización centrada
en los aprendizajes de los alumnos, y
nosotros debemos agudizar nuestros sentidos, especialmente en las
necesidades y obligaciones de nuestra sociedad actual y futura, a partir de las
cuales, no sólo basta pensar y trabajar arduamente para el desarrollo de las
capacidades, sino fortalecer aquellas que serán el horizonte y que
permitirán la formación de personas íntegras, conscientes de sus
potencialidades y de la realidad que las rodea (Villarini, 1995).
En
este contexto, todos los ciudadanos debemos
reflexionar en cuanto a nuestra manera de pensar, sentir y actuar, en fin de
todos lo que diariamente hacemos y luego
hacer giros en algunas de estas dimensiones si es necesario a fin de lograr la
imitación en los demás especialmente en aquellos que nos rodean por medio del
modelaje llamado también aprendizaje por
observación.
Es
necesario entonces, que los docentes frente a los nuevos retos que nos impone
la sociedad del conocimiento y globalizada a su vez en sus múltiples
dimensiones, nos hagamos con celeridad un inventario minucioso de nuestras
actitudes en los salones de clase, en ese santuario del conocimiento, con el
firme propósito de reflexionar; si estamos cumpliendo con ese apostolado conferido por el Estado a unos o por las
instituciones educativas a otros.
Finalmente, a manera de
síntesis, y luego de hacer mi inventario
minucioso, concluyo: que todos los docentes desde los niveles de educación
Parvularia hasta los docentes de educación universitaria, debemos manifestar
comportamientos que evidencien nuestro nivel de compromiso como verdaderos y
auténticos educadores, sensibles, constructores, humanistas y socialmente
comprometidos a fin de lograr una
sociedad que imperiosamente necesitamos y merecemos.
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